Que a todos nos gustan los cuentos, en términos generales, es un hecho.
A todos nos gusta disfrutar de una buena historia, ya sea leyendo, viendo una película o una serie o simplemente que nos la cuente el abuelo, papá, mamá o la vecina del 2ºC.

¿Quién no se ha quedado alguna vez embobado con algún cuento o historia?
“Cada vez que leemos o escuchamos un cuento damos un paso de aprendizaje y madurez”
¡Pues sí! En lo que muchas veces no pensamos es en lo que influyen todas esas historias en nuestra vida.
Lo llaman valores y todo eso, pero, la realidad es, que es el hecho de vivir una experiencia lo que nos enriquece. Ya puede ser vivida en primera persona o simplemente escuchada.
“Los ancianos ya transmitían valores a través de sus cuentos”

En la Antigüedad lo sabían y de esta manera se transmitían los conocimientos. Por la noche, los ancianos contaban sus historias y experiencias junto al fuego a los más jóvenes y estos a través de esos relatos desarrollaban herramientas para enfrentarse a las dificultades cotidianas. Pero eso es historia y lo dejamos para otro día…
Hoy en día, en muchos casos, se está transformando el fondo de todas esas historias. Los cuentos se utilizan más por mero entretenimiento que por el hecho de transmitir algún valor. Ojo, que esto no es una crítica porque tampoco somos muy fans de los cuentos con valores sobrecargados. Es simplemente un cambio en las necesidades sociales. Ya no hay que asustar a los niños para que no se adentren solos en el bosque. Ese fue el trabajo de Caperucita Roja.

“Caperucita roja. Un sutil mensaje de advertencia para no ir al bosque solos”
Y fue un gran trabajo, sobre todo cuando el lobo se come a la abuela y el cazador la saca y le llena la tripa de piedras. Sin duda, un sutil mensaje de advertencia para no ir al bosque solos.
Antes no se andaban con chiquitas. Es cierto que hoy en día tenemos nuevos peligros pero no se suelen abordar en los cuentos. Supongo que será para protegerlos, no les vayamos a asustar y prepararles para la vida sin querer. Nótese la ironía.
“L@s niñ@s tienen que pensar y reflexionar para sacar sus propias conclusiones de los cuentos”
A nosotros nos gusta que ese mensaje llegue casi inadvertido. El niño tiene que pensar y reflexionar para sacar sus propias conclusiones. Al inicio de la aventura en Somos Cuentos explicábamos la moraleja al final del cuento. Con el tiempo descubrimos que eso no beneficiaba a los niños. Por eso, si conocéis nuestro trabajo, habréis visto que se dejó de hacer.
“En el mundo de los cuentos, tiene que haber de todo”
Por eso, en el mundo de los cuentos, tiene que haber de todo. Herbívoros que invitan a cenar a carnívoros una ensalada, rinocerontes que se sientan a la mesa a comer sopa con nosotros, incluso personajes de colores que se ponen de mala leche o tristes. Todo es bienvenido a día de hoy con nuestra necesidad de entretenimiento pero, cuidado con juzgar lo que antes se creaba para cubrir las necesidades de hace años, con la mentalidad de entonces.
Hoy, simplemente deberíamos verlos como lo que son, Cuentos Clásicos.
“Menos mal que las cosas van a mejor”

Los tiempos cambian. ¿Recordáis que no hace tanto montábamos en bicicleta sin casco, rodilleras, guantes, coderas…y, por supuesto, sin timbre? Pues eso, cosas de locos salvajes.
Enrique Martín